Asistentes: 04
De San Juan del Río: Juan Carlos Rodríguez Vega (Guía), Patricia González Trejo
(Retaguardia).
De Querétaro: El matrimonio integrado por Elisa Flores Saldaña y Raúl Humberto
González Marrufo.
En autobús llegamos Paty y yo al punto de reunión, en el puesto de nieves de san Gil; aquí llegaron a las 07:30 Raúl y Elisa en su auto, nos saludamos y presentamos y continuamos tod@s en el coche en la carretera invadida por un banco de niebla.
En 15 minutos llegamos a una orilla del cañón de Galindo, en que desde hace un año un predio enrejado y marcado con el letrero Km 16 lo empezó a habilitar su dueño como un proyecto ambiental y cultural. Dimos un pequeño recorrido y retomamos nuestro camino en la carretera por tres kilómetros más, llegando a la comunidad El Granjeno, donde estacionamos el auto a un lado de la capilla, frente a la escuela y a la vista desde la tienda; sin embargo, para una próxima ocasión convendría avanzar en el auto unos 200 metros más, hasta la orilla de las casas para evitar discusión alguna con los habitantes perrunos que en banda nos recibieron y escoltaron unos cuantos metros.
A las 08:30 empezamos a caminar por la calle de los perrillos ladradores para llegar al fondo del cañón por la bajada que ocupan los habitantes y por donde pasa la tubería de agua potable. En 10 minutos estuvimos atravesando el río pisando entre las rocas para no mojarnos (a 50 metros están construyendo un puente) y al bajar, continuar nuestro recorrido por uno de los arroyos-afluentes que llegan al cañón por el margen izquierdo del río. Continuamos río arriba, ya sin la neblina, entre el pequeño cañón de unos 3 kilómetros de largo, 60 de profundidad y 200 de ancho, que se origina y capta agua desde las faldas del Montoso y la Sierra de Vaquerías toda. En casi todo este recorrido tuvimos sombra que nos proporcionan los encinos, ailes y fresnos; acariciad@s fuimos también por espinas de granjenos, huizaches y las curveadas garruñas.
El cañón se fue abriendo (10:00) dando paso, en las laderas mismas, a pastizales ocupados por ganado vacuno adulto y joven (becerros con lindos cuernos). Pudimos ver incluso algunas manada de caballos (lástima que no llevábamos una reata). Veinte minutos después logramos ver, por fín, a unos 2 kilómetros en línea recta, el famosísimo Montoso. Parada técnica hicimos unos minutos y continuamos por el cauce del arroyo que tenía una que otra charca con ranas; seguíamos viendo ganado y saludándolo de lejitos y así, llegamos a las 10:30 a una primera “presa” sin agua ni compuerta. Atravesamos un alambre de púas y seguimos cuesta arriba por la izquierda y sobre la ladera sur y cañada de un cerro de 2,500 msnm y a las 12:00 llegamos al collado, donde, no tan solitario estaba un encino, pues tenía un par de “gallitos” (bromelias) en una de sus ramas.
Seguimos y vimos, ya de frente, el Montoso en toda su extensión longitudinal de poco más de un km y bajamos por la loma al pequeño valle en el que hay una presa o bordo con buena cantidad de agua y no tan turbia. Decidimos continuar hasta la cumbre, siendo el medio día (la hora del Angelus) y tener previsto llegar poco después de la una de la tarde a la cumbre, objetivo el cual realizamos a las 13:30 con, en verdad gran esfuerzo, tesón y gozo; por lo cual felicito enormemente a mis compañer@s de excursión-expedición en su, ni más ni menos, primer visita y llegada a la mayor altitud de la sierra de Vaquerías, el Montoso.
Conquistada la cumbre, a casi 2,700 msnm después de haber iniciado a 2,200 msnm dí a l@s montañistas como “bautizo”, un sorbo de agua en “cascada” y su merecido abrazo.
Enseguida empezamos a bajar por la ladera Sur-este hasta un mirador para comer (13:50) y descansar un poco. Biznagas encontramos en el suelo y sorprendentemente, en los troncos de los encinos, incluso aquí en el mirador, desde donde vimos la presa y la ruta por la cual iríamos de regreso.
A las 14:30 retomamos nuestro camino de regreso por la ladera algo empinada, entre piedras, huizachales y algunos sotoles para llegar a la presa a las 15:20 y tomar un par de fotos. Reiniciamos nuestro camino ahora de subida hasta el collado a casi 2,500 msnm al cual llegamos en 20 minutos y desde ahí, vimos la ruta de regreso, que sería por la parte superior del cañón en el lado suroeste hasta llegar a las casas de Palo Alto próximas al Granjeno. Bajamos ya al cañón por una vereda donde abrimos una puerta ejidal y llegamos al cauce del arroyo, donde encontramos (17:45) a una familia en día de campo; seguimos río abajo por un kilómetro hasta encontrar el cañón de Galindo y cruzar el río a las 18:15 para llegar al auto a las 18:30 e hidratarnos para regresar en el auto hasta san Gil y despedirnos para emprender nuestro regreso a casa.
Recorrido:
8 km de ida en 5 horas
8 km de regreso en 4 horas
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