Domingo 19 de febrero de 2023
Guía: Diana Ruiz de Santiago / Retaguardia: Jannú Ricardo Casanova Moreno
Asistentes: David Pimentel Rodríguez, Diana Ruiz de Santiago y Nevárez, Emmanuel de Jesús Torres Chavira, Getsemaní Blanco García, Irma Leticia Covarrubias Anaya, Jannú Ricardo Casanova Moreno, Juan Antonio Romero Nieto, Marco Olvera Robledo, María del Carmen Araiza Estrada, María Leticia Salazar López, Ma. Patricia Bravo Yarza, Saúl Reyes Rema
Nos reunimos en el McDonald’s de Plaza de Toros el domingo 19 de febrero a las 8:10 am, nos distribuimos en los autos y salimos a las 8:20 am. En Google maps colocamos como destino final Peña Sola y seguimos la ruta sugerida. Tomamos la carretera de cuota que va a Salamanca, Guanajuato; pasamos por dos casetas. La entrada a Peña Sola está a pie de carretera, casi a la mitad de una curva, pero está bien señalizada y entramos sin problema; llegamos a las 9:30 am.
El estacionamiento está enfrente del restaurante y cuando llegamos estaban terminado de organizar el buffet que ofrecen los fines de semana, de 9:30 am a 12:00 pm. El costo del buffet es de $210 por adulto y parece como una buena opción; ofrecen antojitos mexicanos y cuando entramos estaban sacando unas conchas del horno que se veían buenísimas. Cuando pedí información me comentaron que para poder estacionar los coches adentro de las instalaciones piden un consumo mínimo de $80 por persona, por la tanto, cuando llegamos sólo pasamos a avisar que después de escalar regresaríamos a consumir algo en el restaurante.
Para llegar a la zona de escalada tomamos un sendero que pasa por debajo del puente colgante. Jannú comentó que antes podías cruzar por el puente, pero ahora cobran $30 por pasarlo. El sendero está bien marcado y caminamos aproximadamente 15 minutos para llegar a la pared, a la zona Sector Sur. De acuerdo con los topos que nos pasaron en ese sector hay 24 rutas armadas. Es una zona en donde no hay mucha sombra, pero encontramos un par de arbolitos en donde dejamos nuestras mochilas y colgamos una hamaca.
Empezamos a ver las rutas que se veían sencillas para poder colocar los yo-yos. Un grupo se quedó en la parte izquierda, yo aseguré a Jannú en una ruta en la zona central y otros se fueron a la derecha. Con Paty practicamos el aseguramiento y la “punteada en falso”, Letty practicó la limpieza de reunión y los otros disfrutamos el estar intentando hacer otras rutas en yo-yo y punteando. Parece que es una zona con pocos visitantes, sospechamos eso porque ese día fuimos los únicos que estuvimos ahí escalando y algunas rutas tenían varias rocas sueltas o se desmoronaban (las de la zona del centro y de la izquierda), esto aumentó la dificultad y emoción al hacer algunas de ellas.
Fue muy evidente y me di mucho gusto ver el progreso que han podido hacer Carmen y Emmanuel en un año, han avanzado en técnica y en la dificultad de las rutas que pueden hacer. Ellos tomaron el curso de escalada del año pasado y eran principiantes, pero han estado practicando constantemente en el muro del club y en las salidas espontaneas. Creo que el tener a más personas con experiencia y que se sientan cómodas en el club nos ayuda a los otros, que no practicamos tanto, a poder hacer rutas de mayor dificultad y motivarnos a ser constantes para poder organizar salidas más interesantes. Personalmente pienso que esas salidas espontaneas son muy importantes y de gran utilidad para los miembros del club que les gusta esta disciplina.
El tiempo se pasó muy rápido y cuando nos dimos cuenta ya eran las 2:00 pm. Sacamos algunos snacks que llevábamos y creo que la mayoría estábamos disfrutado el día, así que decidimos quedarnos un par de horas más. Alrededor de las 3:45 pm una parte del grupo se adelantó al restaurante mientas los otros terminábamos de limpiar las rutas y guardar las cuerdas que quedaban. Se adelantaron para que pudieran ir pidiendo botanas y bebidas, así que cuando llegamos lo del resto del grupo, ya había jarras con agua de limón y naranja que supieron deliciosas después de estar 6 horas bajo el sol. También pedimos unos nachos, papas y nuggets.
Dejamos Peña Sola a las 5:00 pm aproximadamente y llegamos a Querétaro sin contratiempos. Yo tenía varios meses sin escalar y me quedé con una sensación muy agradable de la salida. Además, no tenía nada en contra de la edad promedio del club que percibí cuando me integré al CEMAC, pero me dio mucho gusto ver a más personas menores de 50 años en la salida y creo que la escalada es algo que puede atraer a gente joven.
Si se regresa a escalar a esa zona les recomendaría llevar algo para poner una sombra y llevar mínimo 2 litros de agua por persona desde Querétaro porque casi no se pasan por tienditas en el camino.
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