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Escalada en roca en Guadalcázar, S.L.P.

24-25 de septiembre de 2021


Por: Jannú Casanova Moreno

Había oído de la escalada en Guadalcázar por el grupo de WhatsApp QueretaRock pero nunca había ido. Una amiga de Lety Salazar es de San Luis Potosí y, cuando le contó del lugar, fue el pretexto perfecto para ir a darle unos pegues. Salimos de Querétaro el sábado a las 8 am y, tras aproximadamente tres horas de camino, llegamos a nuestro primer destino en Guadalcázar. La Gruta de las Candelas es un área de escalada espectacular por lo poco común de su estructura. Como su nombre lo indica, se trata de una cueva horizontal, de forma más o menos circular, en cuyas paredes y techo se encuentran instaladas rutas de escalada deportiva.


Nos acercamos a un sector cerca de una pequeña claraboya, en donde se encuentran las rutas más sencillas. Yo empecé a puntear Candelabros, un 5.9 que inicia verticalmente en una serie de estalagmitas, columnas y cortinas gigantes, para después hacer una travesía hacia la derecha a la claraboya. La piedra era redondeada y los agarres frecuentemente se limitaban a slopers, aunque tras buscarle bien se apreciaban otros más angulosos escondidos por la parte de atrás. Lo extraño de la ruta me hizo sentir un poco inseguro al iniciar la travesía, por lo que reforcé un paso clave con un anclaje natural. La travesía como tal era sencilla y disfrutable.


Polen punteando “La del Chaka”. Foto: Leticia Covarrubias


Al mismo tiempo, Polen punteaba una mezcla entre La del Chaka y Osteoporosis, 5.9 y 5.8 respectivamente. El día pasó escalando esas vías y Eutanacia, otro 5.9. Hugo, además, puso una cuerda en una pequeña sección cercana para que su familia empezara a trepar. Pronto, sin embargo, le estaban dando a todas las rutas y Angélica se lució con sus habilidades de escaladora que no recordamos haberle conocido antes. En el otro lado de la cueva, donde las paredes son mucho más inclinadas, escaladores mucho más fuertes jugaban con rutas durísimas, que llegan hasta 5.13c. Al final del día, Polen intentó en un yoyo que estaba puesto de ese lado y confirmó que la dificultad es de otro nivel.


Una vista desde la reunión de “La del Chaka”. Se observan algunas tiendas dentro de la cueva y un escalador de otro grupo haciendo una ruta mucho más difícil por el techo. Foto: Lety Covarrubias


Al terminar el día, nos dirigimos a Aventurarte, un café / zona de acampado cerca del centro de Guadalcázar. Ahí encontramos a mucha banda escaladora, incluyendo al Marciano, dueño de El Muro, y a Andrés (si no mal recuerdo), armador de Cumbia Sobre el Río. Después de una rica cena y un pastelito por mi cumpleaños, nos fuimos a dormir.







Jannú, disfrutando de su pastelito de cumpleaños. Foto: Diana Ruiz de Santiago







Al día siguiente, Euth (un amigo mío) nos encontró en la mañana y juntos fuimos a desayunar. Después nos trasladamos a otra zona de escalada, llamada El Salitre. A pesar de que también es caliza, el hecho de ser una pared expuesta al sol, le dio una sensación muy diferente al día anterior. Ahí empezamos escalando una ruta sin nombre etiquetada como 5.8 y "genial para niños". Me imagino que los niños de ahora traen genes del hombre araña, porque nos costó bastante sacarla. También con trabajos sacamos una ruta en el extremo derecho de la pared, la cual tampoco tiene nombre en las topos (viene marcada como Unknown 2, 5.10a). Mientras tanto, Angélica primero, y luego Diana, puntearon una ruta en la pared de la izquierda hasta unos primeros bolts que se podían usar como reunión.


Moisés yoyeando en la ruta de la pared izquierda. Foto: Lety Covarrubias









Euth yoyeando la ruta sin nombre (Unknown 2). Foto: Jannú Casanova












A las tres de la tarde, el sol le pegaba a la pared, alborotando a las avispas de los múltiples nidos que hay en las partes altas de las paredes. De hecho, nos picaron a Lety Covarrubias y a mí. También el hambre ya estaba arreciando, así que decidimos empacar las cosas e irnos a comer unas gorditas a La Casa del Tío. En este lugar también se puede acampar y, una vez más, coincidimos con el Marciano y su familia. Después de una agradable plática nos despedimos de Euth que ahora vive en S.L.P. y emprendimos el regreso a Querétaro. Esta salida nos dejó un buen sabor de boca, unas vistas impresionantes y otros sectores que tenemos que regresar a visitar, aunque todo nos cueste trabajo por la ausencia de grados bajos.



Asistentes:

Marco (Polen) Olvera Robledo

Teresa de Jesús Covarrubias Anaya

Irma Leticia Covarrubias Anaya

Hugo Moises Iglesias Peña

Angélica Barenca Barenca

Moises Iglesias Barenca

Nicte Iglesias Barenca

Diana Ruiz de Santiago y Nevárez

Leticia Salazar López (retaguardia)

Jannú Casanova Moreno (guía)

Ana Karina Domínguez Saldaña

Joaquín Rosales Lamadrid

Euth Ortiz Ortega (invitado)


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