Asistentes de Cemac Querétaro: Luz María Covarrubias Anaya, Erika Hernández García, Erika García Abraján, Artemiza Arvizu e Israel García.
De CDMX: Manuel Casanova y las hermanas Hernández, y un contingente de amigos y familiares del Sr. Manuel.
Fuimos mas de 20 personas.
Salimos de Querétaro en la camioneta de Artemisa e Israel rumbo a casa de los abuelitos de Diana, ibamos Artemisa, Israel, Luz (mi hermana) y yo. En la noche iban a salir de Querétaro Erika y Kiki (las Erikas :) ). Llegamos como a las 6pm, nos instalamos y pedimos la cena a la taqueria que ya nos habia entregado la vez de la kayaqueada en Xochimilco. Estuvimos monitoreando a las Erikas porque llegaban como a la 1am, finalmente llegaron sanas y salvas a demas de cenadas, dice Erika que se pararon en una taqueria que se llamaba “El taco Naco”, y cenaron unas nacasias o algo por el estilo :) .
Nos despertamos como a las 5:00 am para recoger nuestro puesto y salir al punto de reunión previamente acordado con el Sr. Manuel Casanova ( Base de los camiones ruta 39), esto esta a las faldas del Ajusco, en Tlalpan. Aquí, en lo que desayunabamos unas ricas tortas de tamal con atole de chocolate, esperamos a Don Manuel y todos los demas. Fue la primera vez que saliamos con él, y fue una muy grata experiencia ver que venia gente de todas las edades, niños, jovenes y adultos mayores. El grupo fue grande, no los conte pero eramos mas de 20 personas. Ya con todos nos dirigimos al punto donde dejariamos los autos, el lugar es conocido como La Placa Ajusco, ahí esta una pequeña bahia del lado derecho donde se dejan los carros de manera segura, y del lado izquierdo esta un campamento militar ( https://maps.app.goo.gl/zAUVaVp7L5P-S45HR6) . Aquí nos dieron las instrucciones para la recolección: nos separariamos por grupos para “peinar” el área y recolectar la mayor cantidad de hongos, las hermanas Hernández al final nos dirian cuales eran comestibles y cuales no, ellas guiarian cada uno de los grupos. Pero desde al principio nos dijeron que los rojos son venenosos. Nos separamos en grupos y todos los de Querétaro nos quedamos juntos con Elvia y su hija “Manzanita”, nos repartimos las operaciones: unos recolectarian y otros tomariamos fotos. Comenzamos a caminar del lado donde estaban los militares pero nos dijeron que por esa zona no podiamos pasar, así que nos regresamos al otro lado.
Comenzamos a caminar y vimos que no habia mucho hongo, asi que nuestra guia nos dijo que iriamos del lado de los militares, pero un poco mas abajo, para que ellos no nos vieran. Asi le hicimos y comenzamos la recolección. Es interesante como el hongo comestible parece que se esconde entre la hojarasca, y tienes que aprender a distinguir cuando un bulto en el piso tiene debajo un hongo, la mayoria de las veces muy cerca del tronco de un arbol, tambien aprendiemos que el llamado “clavito”, cuando encuentras uno tienes que revisar la zona, porque debe de haber mas, estos son para caldo y sopa. Y existe uno blanco, grande, y de tronco grueso que se llama “panzita”, esos son muy ricos en tacos y en quesadillas. Aprendimos que si estan muy bonitos y babosos son ó tóxicos ó venenosos y que por si la de hule, los hongos se cocinan con mucho ajo y epazote, creo que entendi que esto hace que no te hagan daño. El plan era estar de regreso entre las 12 y las 13 hrs para poder hacer la selección de hongos y desechar los que no son comestibles. Nosotros gracias al apoyo de Elvia y manzanita, fuimos el equipo que mas hongos recolecto, y ademas todos los que recolectamos eran comestibles :) .
Cuando nos reunimos con los demas equipos, se pusieron los hongos en el piso y comenzo la selección, a todos les tiraron mas de la mitad, a nosotros ninguno. Gracias Elvia y Manzanita :)
Ya con los hongos seleccionados, nos fuimos a casa de Don Manuel para la preparacion de nuestra colecta, se hicieron tacos, quesadillas y sopa de hongos. Además se compraron carnitas y refrescos. Comimos como pelón de hospicio porque ademas del hambre todo estaba delicioso.
Terminamos de comer y con la panza llena y despues de agradecer a las Sritas Hernandez y a Don Manuel por tan ilustrativa y rica experiencia, emprendimos el regreso a Querétaro el carro de Artemisa se vino directo y el carro de Erika se quedo un rato en el centro de la CDMX.
Para terminar esta reseña queremos agradecer a Diana por permitirnos dormir en su casa, a Don Manuel, a nuestra guia Elvia y a Manzanita por todas sus atenciones y enseñanzas. GRACIAS
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