13 al 15 de agosto, 2021
Guía: Diana Ruiz de Santiago / Retaguardia: Eduardo Sánchez Hurtado
Asistentes: Daniel Torres Orozco, Diana Ruiz de Santiago, Eduardo Sánchez Hurtado, Elson Miguel Cruz (invitado), Faridy Alegría, Juan Antonio Romero, Leticia Covarrubias, Ma. Guadalupe Alvarado (invitada), Marco Olvera , Ricardo del Río (invitado), Ricardo Rivero, Saúl Fernando Reyes (invitado), Teresa Covarrubias.
Nos reunimos en la Comer del Estadio el viernes 13 de agosto a las 5:15 pm. Ahí esperamos al dueño de la camioneta que rentamos, una camioneta para 15 personas. No obstante, con todo el equipo de campamento y escalada, el espacio estuvo justo para 12 personas. Partimos a las 5:45 pm, tomamos la carretera 57 con dirección hacia México y posteriormente nos desviamos hacia El Arco Norte para poder llegar a Pachuca y de ahí, continuamos hacia Mineral del Chico.
En la subida del corredor de Montaña encontramos un Pasteko, en donde nos paramos a comprar los últimos pastes que les quedaban, unos cafés y chocolates calientes. Habíamos llegado un poco antes de las 9 pm y partimos cuando cerraron el local. Llegamos al estacionamiento del campamento de Las Ventanas (nuestro destino) y nos encontramos con la sorpresa de que estaba cerrado. Tocamos, gritamos e hicimos el intento de llamar la atención de los vigilantes, pero nuestro esfuerzo fue en vano porque nadie respondió (no habíamos podido pedir informes directamente con los del campamento porque es propiedad privada y no tienen teléfono). Afortunadamente recordamos que acabábamos de pasar por un campamento, Los Cedros, en donde algunos de nosotros nos habíamos quedado el año pasado, y que ahí normalmente había un vigilante las 24 horas. Regresamos 1.8 km para llegar a Los Cedros y lo encontramos abierto, así que decidimos pernoctar ahí. Pagamos aproximadamente $120 por casa de campaña, más $45 por la entrada y por personas. El campamento tiene sanitarios y regaderas (con agua fría). Además de la zona de campamento cuentan con unas cabañas muy rústicas.
Al día siguiente, sábado, nos despertamos a las 7:30 am aproximadamente, disfrutamos de nuestro desayuno, recogimos el campamento y nos fuimos a Las Ventanas a las 9:20 am. En esta ocasión el campamento sí estaba abierto y nos recibió el encargado del lugar. Fuimos de los primeros en llegar, así que pudimos elegir nuestro lugar para acampar. Pagamos $80 por persona y $80 pesos por el estacionamiento. En la casa de los encargados del lugar hay sanitarios disponibles para los visitantes (no regaderas), pero no se pueden utilizar las 24 horas porque en la noche cierran su puerta y los perros pueden ser agresivos si alguien entra. Montamos nuestras tiendas de campaña, hamacas y fuimos a explorar la zona de escalada. En ese momento ya estaban unas personas escalando las rutas más fáciles y decidimos hacer unas rutas que están por el “Pino Inclinado”, porque no había otros grupos ahí. Las rutas que se armaron fueron de aproximadamente 30 metros de altura, aunque existen rutas más largas. Los chicos del grupo que saben puntear - Polen, Eduardo y Saúl - fueron los encargados de preparar las rutas. Estuvimos practicando nuestros nudos, el partner check, escalando, tratando de ayudarnos a llegar a las reuniones, y disfrutando las vistas del lugar.
Alrededor de las 1 pm comenzamos a tener hambre y algunos del grupo decidimos ir a comer a Mineral del Chico. Antes de partir del campamento, llegó Daniel (mi primo) de CDMX. Fuimos a comer a la Fonda el Fresno, que se encuentra en la calle principal del centro de Mineral el Chico. Tuvimos que esperar como 20 minutos para entrar, pero la espera valió la pena porque comimos una sopa de setas, mole rojo, mole verde y otros platillos deliciosos. El costo del menú regular es de $85. Regresamos a Las Ventanas, algunos se quedaron a descansar y disfrutar del lugar, mientras que otros seguimos tratando de escalar un poco más en las rocas que están cerca del campamento. Seguimos escalando hasta que anocheció y Saúl tuvo que retirar las reuniones usando la lámpara.
Las Ventanas se encuentran a 3090 m.s.n.m., por lo que, a pesar de estar en primavera, la temperatura por la noche descendió a 10 oC. Algunos del grupo prefirieron refugiarse en sus casas de campaña cuando anocheció y comenzó a bajar la temperatura, mientras otros permanecimos un rato más cenando y platicando.
El domingo por la mañana desayunamos, levantamos el campamento y dejamos Las Ventanas a las 9:45 am. Nos dirigimos al Contadero, el cual se encuentra a 10 km de Las Ventanas y se compone de formaciones rocosas que se asemejan a laberintos. El camino está un poco accidentado porque una parte es de terracería, pero se tienen vistas muy lindas; se pasa por un encinar y después se llega a un bosque de oyameles. Para llegar ahí no hay mucho señalamiento, pero Polen ya conocía el camino, así que no tuvimos ningún problema para llegar.
La entrada al Contadero cuesta $20 por persona y $15 pesos por el estacionamiento. Nos comentaron que esta zona es propiedad privada; los dueños son los que se encargan de la administración y ofrecen servicio de guías y venta de alimentos a los visitantes. Lo primero que hicimos al llegar fue preguntar por las cabezas de monos que Letty había visto 5-6 años atrás en otra excursión, pero que no encontramos el año pasado. Esta vez sí nos pudieron decir en dónde se encuentran. Estas formaciones se ubican de lado izquierdo (viendo de frente las escaleras que suben a la capilla). Después de ver las “cabezas de monos”, una parte del grupo comimos unas ricas quesadillas (¡con queso!, de lo contrario son tacos, de acuerdo con las señoras que las preparaban) de flor de calabaza, champiñones, tinga… con café de olla. Continuamos la visita subiendo a la capilla desde donde se puede apreciar el “laberinto” y se tienen vistas del Parque Nacional El Chico. Posteriormente bajamos para caminar entre las paredes, disfrutar de estas formaciones caprichosas y divertirnos encontrando la salida.
Dejamos El Contadero a las 12:30 pm, nos despedimos de Dany a y tomamos el camino de regreso a Querétaro. Llegamos a La Comer del Estadio a las 4 pm aproximadamente. En esta ocasión una tercera parte se del grupo fueron invitados. Yo conocí a Saúl en un curso de escalada que tomé a principios de año: él es asistente del instructor e invitó a su novia y a otro par de amigos. Uno de ellos, Ricardo del Río, parece que se animó a unirse al club después de escuchar el “comercial” de CEMAC de Eduardo y ver la dinámica del grupo. Para mi, fue muy grato disfrutar de la compañía de las personas con las que he compartido las salidas anteriores y conocer a otras que disfrutan estas actividades. Otro dato que no conocía antes de organiza esta salida, es que el club cuenta con algo de equipo de escalada para las salidas oficiales: se tienen unas gatas, cuerda y cintas express. Espero que se organicen más salidas de escalada en los próximos meses.
Ahahaha, practicaré más ese comercial.
Excelente salida, nos vemos en el sendero!