Texto y fotos: Jannú Casanova Moreno
Fecha de la excursión: 7 de julio 2019.
Participantes:
Irma Leticia Covarrubias Anaya
Luis Ángel Álvarez Covarrubias
Gabriela Guerra Domínguez
Eduardo Sánchez Hurtado (retaguardia)
Jannú Ricardo Casanova Moreno (guía)
Esta fue una salida con incidentes que mermaron bastante el número de participantes que terminaron asistiendo. Unas horas antes Hugo me había cancelado. Nos vimos en la Comer de Cimatario Lety y su sobrino, Gaby, Eduardo (reta), Martin y yo. Casi llegando a Bernal el carro de Martin empezó a perder potencia y, tras apenas llegar a Bernal, murió. Un problema con el clutch hizo que Martín sacara lo mejor de su frustración. Acordamos que Eduardo se adelantaría con el resto del grupo para empezar a montar rutas en lo que yo ayudaba a Martin a ver la posibilidad de encontrar un mecánico. Desgraciadamente, en mañana de domingo pronto descubrimos que no hay mecánicos en Bernal. Dejé a Martin esperando a la grúa y me fui a buscar al resto del grupo.
Casi llegando a la Peña me encontré con Emiliano Lima padre e hijo quienes, al descubrir que habían olvidado sus cascos también se llenaron de frustración. Ni modo; esta vez el riesgo era muy grande, así que los tuve que regresar. Unos minutos después y unos gramos de sudor más ligero llegué a la base del sector conocido como El Rosal, Vacas Locas, Filo Suroeste, etc. El sector se encuentra en la pared que tiene en su límite izquierdo la ruta del Filo Suroeste (aka El Rosal) y en su lado derecho la pared sur, donde se encuentra Bernalina.
En este sector hay más rutas que las que indica el topo del libro de Espinaza, así que no estoy seguro de los nombres de las rutas que hicimos. Cuando llegué, Eduardo ya había montado la de la derecha. Después yo monté una más que resultó la más difícil de la zona a mi parecer. Era una ruta que sube por una bajada de agua (cuando llueve). Por lo mismo, la piedra se encuentra más pulida y los agarres redondeados (slopers). Tras un par de pasos delicados de, resolví la ruta y monté un anclaje (reunión). Eduardo siguió y también le sufrió al yoyo, pero después de dos intentos la resolvió. Gaby regresó por sus fueros después de su lesión y también la sacó elegantemente.
Montamos un par de rutas más y Gaby y Lety practicaron desarmar reuniones bajo mi supervisión. El que no estuvo muy agusto fue el sobrino de Lety, quien se sintió impresionado por la pared y sólo escaló una ruta. El calor nos corrió justo a tiempo para llegar a Querétaro a tiempo para que Eduardo entrara a su concierto de Homenaje a Pink Floyd.
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