Sábado 2 y domingo 3 de marzo 2024
DISCIPLINA: Ciclismo-familiar (albercada)
Asistentes: Erika García, Marisa García, y sus padres Gerardo y Magdalena Faridy Alegría, Jocelyn Ibarra, Oscar Rodríguez, Oscarin Rodríguez, Saudi Casillas , Samara Aranda, Tony Gómez, Víctor García, Airam Sánchez, Covarrubias, Antonio Castro, Eduardo Josué Torres Covarrubias, Vania Rivera, Fernando Ocampo y Leticia Covarrubias como guía.
Nos quedamos de ver en el HEB de Juriquilla con las bicis y todo listo para divertirnos, éramos el carro de Oscar con sus 3 bicis, Víctor con 2 bicis, Fernando con 3 bicis, Airam con 2 bicis y Samara que nos alcanzaría en el hotel. Erika y su familia no llevaban bici pero nos acompañaron y se fueron a realizar algo de turismo en Dolores Hidalgo y por la tarde noche nos acompañaron en la fogata.
Salimos rumbo a Dolores Hidalgo, Gto, durante el camino estuvimos haciendo paradas para revisar que las bicis fueran bien sujetas. Yo ya había llamado antes a un salón de evento que se llama “Rancho el Jardín” (José Ma. Morelos y Pavón No. 3, Srita Leticia García, tel: 418-113-9186) para pedirles si por favor nos permitían dejar ahí los autos. Llegamos a nuestro al citado Rancho el Jardín, y para mi sorpresa, era un lugar muy amplio, muy seguro y hasta baños teníamos. Nos pareció que es un buen lugar para algún día hacer un evento ahí. https://maps.app.goo.gl/k6Fbj66Xzicq3cnS7?g_st=iw. Llegamos, comenzamos a bajar las bicis y comenzó la aventura: puros novatos (excepto Víctor y Faridy). Tardamos poco mas de 2 horas en bajar bicis, revisar el aire, ir al baño, etc. Etc.
Por alguna razón al colocar la válvula para ponerle un poco mas de aire a la bici de Jocelyn se bajo totalmente la llanta y fue imposible inflarla, era tubeless. Le llamamos a nuestros sensei Jannú y a Gil, pero obvio, no los localizamos. Ya mas tarde ambos nos regresaron la llamada y nos dijeron que tendríamos que conseguir una llantera para que le entrara el aire de golpe, obvio no había llanteras por la zona.
Yo había mandado un listado de las rancherías que teníamos que pasar y lo había según yo bajado en mi reloj, pero los nervios de ser mi primer guiada en esta disciplina y el miedo a la bici, me tenían algo bloqueada. Me tranquilizaba el hecho de todo el camino estaba lleno de rancherías, no había posibilidad de desgracias y si nos perdíamos en cualquier ranchería nos podrían corregir el rumbo, también me tranquilizaba el hecho de que iba Víctor que es muy bueno en orientación y que llevábamos un carro delante de nosotros y la barredora, ambas con todo lo necesario para hidratarnos, reparar las bicis, o bien llevárselas y llevar gente en caso de que nos cansáramos o hubiera cualquier incidente. Lo que no me esperaba es que todos estaban muy confiados en que yo ya tenia ya muy estudiado todo y nadie bajo la ruta que les mande.
Pero bueno salimos del lugar donde dejamos los carros, Fernando y Vania le habían preguntado al Sr que estaba de responsable en la puerta del salón de eventos y les dijo como empezar hasta llegar a La ERRE. Pasamos la primera ranchería que estaba como a 1.5 Km (Xoconoxtlito del Llanito), luego a San Dieguito y un poco mas adelante ya no fue posible que los autos nos siguieran. De San Dieguito a la Erre eran como 6.6Km y habíamos avanzado como 4Km cuando empezó el poncha fest, pero los autos con las bebidas de hidratación de algunos de nosotros y el equipo para reparar las llantas estaban en los autos, nos quedaban como 2 o 3 Km. La primer bici en poncharse fue la de Oscar, le ponía aire y avanzaba un tramo, cuando se bajaba la llanta le ponía aire de nuevo y así nos la llevamos hasta llegar a la ex hacienda de la Erre, estábamos tomando un poco de descanso bajo la sombra en un hermoso árbol que tiene la placa con la explicación de los hechos sucedidos en ese lugar (a la sombra de este árbol Miguel Hidalgo dio una misa antes de llegar a Atotonilco), cuando nos alcanzo Josué en la camioneta y nos dijo que a unos metros estaba ya el pueblo y que ahí estaba el otro carro. Así que decidimos irnos donde estaba el otro carro con Antonio y ahí hacer las reparaciones, ya para entonces teníamos mas ponchaduras
De aquí en adelante todo el camino (20km aproximadamente) ya fuimos siempre con la barredora detrás. El auto de Antonio decidimos que se fuera con Tony y con Oscarin al hotel porque ya se estaba haciendo tarde. Lo que me encanto de esta salida es que a pesar de todas mis novatadas, el buen animo nunca se vino abajo. Todo mundo esta asoleado, muerto de hambre, pero contentos y animados. A partir de aquí se vino lo bueno del camino, unas pendientes con piedras de miedo, un solo que quemaba, nada de viento ni sombra, y lo peor: había veredas por todos lados y no teníamos señal ni mucha manera de saber que ruta tomar. Afortunadamente con la experiencia de Víctor, lo que alcanzo Oscar a bajar de mapa , las comunidades que yo sabia que íbamos a pasar y lo que preguntamos al gente que encontrábamos (todos los caminos están mas o menos transitados por camionetas y por motos), íbamos con la certeza de que íbamos bien, aunque con el temor siempre de que se nos estaba haciendo tarde, no teníamos mucha señal de teléfono y pensamos ingenuamente que los que ya estaban en el hotel iban a estar preocupados por nosotros ( lo cual fue falso porque estaban muuuy relajaditos disfrutando el lugar). Total que llegamos al hotel a las 18:00hrs, como perros asoleados y con mucha sed y hambre. Todavía había que regresar a Dolores por los autos, pero decimos que primero comíamos y después veríamos lo de los autos. Yo de cualquier manera le hable a Leti la chica donde habíamos dejado los autos para avisarle que estábamos bien, pero que iríamos por los autos después de comer-cenar.
Finalmente se fueron por los autos, compraron unos bombones y salchichas para la fogata, nos dimos un rico y merecido baño y a las 9 nos fuimos a la fogata que ya nos habían prendido los del hotel. Ahí estuvimos conviviendo, algunos nos fuimos a dormir temprano y otros se quedaron hasta casi las 2 de la mañana platicando las anécdotas de la aventura. El clima y el cielo estaban de envidia.
Al día siguiente nos levantamos con calma, algunos se quedaron a desayunar en el hotel y disfrutar la alberca y otros nos fuimos a desayunar a Atotonilco donde hicimos un tour gastronómico de carnitas, barbacoa, enchiladas, nieves, etc. Etc.
Luego nos fuimos al Santuario para los que no lo conocían y después nos regresamos al hotel a disfrutar de la alberca que estaba frente a nuestras habitaciones y que teníamos solo para nosotros. Ahí seguimos comiendo botanas: alitas, papitas, nachos, etc. A algunas les llego el cansancio ( todos los que durmieron con Víctor, no me pregunten por que) y se quedaron dormidas en el pasto. Ya cuando despertaron, recogimos la habitación que nos habían dejado para poder estar hasta tarde, subimos las bicicletas y emprendimos el regreso a Querétaro.
Gracias a todos por su buena vibra y por hacer de esta mi primer salida de bicicleta algo especial
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