Sábado 25 de febrero de 2023
Guía: Diana Ruiz de Santiago / Retaguardia: Margarita Galicia Martín del Campo
Asistentes: Adrián Rodarte Sepúlveda (invitado), Adriana García, Amalia Hernández Cortes, Andrés Sánchez Rubalcaba, Belem Abril Gómez, Berenice Bernal Sánchez, Carmen Ángeles Prieto, Carmen Guerrero Cortés, Claudia Sánchez de la Madrid , David Fuentes Creollo, David Sánchez de la Madrid, David Sánchez Rubalcaba, Esteban Ramírez Sáenz, Gabriela Guerrero Cortés, Galilea (invitada), Gerardo Nolasco, Grisel Hernández, Iker, Rodarte Sepúlveda (invitado), Ilda Olmo, Jade Espinoza Gutiérrez, José Luis, José Roberto Pinto Adelsbergen, Juan Rodarte (invitados), Julieta Capeda Flores, Ma. Patricia Bravo Yarza, María de Lourdes Alvarado Garzón, María del Carmen Galicia Sánchez, Mónica Villalpando, Natalia Escalante, Pablo Rodarte Sepúlveda (invitado), Ricardo Castilla Galicia, Rita de la Madrid, Roque Escalante, Ruth Von, Sandra Guerrero Cortez, Sandra S. Sepúlveda (invitada), Sebastián Gutiérrez, Silvia Garzón Osorio, Teo, etc.
Días previos algunas personas me habían contactado para registrarse a la actividad. Cuando le pedí a Margarita Galicia que fuera la retaguardia de la salida le comenté que íbamos a ser aproximadamente 20 personas. Para mí, 20 personas ya era un grupo grande. La salida estaba programada para las 15:30 horas, pero Mónica Villalpando, de San Juan del Río, me comentó que podían llegar 15 minutos más tardes, así que decidimos esperarlos.
Desde la Posada El Campestre se puede caminar o ir en bicicleta a la Peña Partida, pero al ser una salida infantil y por las horas de luz con las que contábamos, decidimos planear la ida a la Peña en autos. Al ser un grupo tan grande la organización del transporte fue un poco complicada, pero la solución que encontramos fue que cada uno empezara a subir a los autos que estaban disponibles e irlos llenando con las personas que no llevaban auto. No contamos los autos que íbamos, pero fue una caravana muy larga.
Tomamos el camino que lleva al centro de Tasquillo y, un par de cuadras antes de llegar al centro, tomamos la desviación para la comunidad de Candelaria. En Google maps está la ubicación de la Peña Partida, así que es fácil llegar si no se conoce el lugar. A unos 800 o 1000 metros de la entrada de la Peña Partida hay un sendero que conduce a ésta y una tiendita en una esquina, frente a la que nos estacionamos.
Empezamos a caminar a las 16:10 horas. Al empezar la caminata tratamos de hacer una fila para irnos contando y, después de varios intentos, se logró: ¡éramos 68 personas! Fueron socios de la sección Central, Toluca, Tehuacán, Querétaro y algunos invitados. Caminamos por una vereda que es sólo para peatones. Hay otro camino para autos que te acerca más a la entrada, pero los lugares de estacionamiento disponibles son más limitados, por lo tanto caminar un poco más fue la mejor opción.
Una señora que vive en las casas que se ubican en el camino a la Peña Partida salió en ese momento y nos pidió que pagáramos la entrada de $30 por persona. No accedió a hacernos descuento por tratarse de un grupo muy numeroso, ni de hacer descuentos de INAPAN, así que cada uno le fue pagando su entrada. Después de esa casa hay una pequeña bajada y posteriormente comienza el camino de piedras que llega a la entrada de la Peña Partida.
Es una zona semidesértica y en el paisaje predominan los cactus; el clima es muy árido. Al entrar a la Peña el ambiente se siente fresco porque uno va caminando en un tipo túnel angosto, en donde en la mayor parte del camino no entra tanta luz. Las paredes del cañón se ven altas; Sebastián midió la pared con un equipo que llevaba y nos comentó que eran de 30-32 metros. Al existir sólo un camino no había riesgo de perderse. Caminamos 1 km aproximadamente en el cañón, hasta que llegamos a una parte en donde hay 2 rocas muy grandes que impiden seguir avanzando. Ahí nos reagrupamos con casi la mitad del grupo y tomamos algunas fotos de grupo.
Este es un lugar que visitaba con cierta frecuencia durante mi infancia y al regresar al hacer el scounting para el aniversario en enero me sorprendió ver que no se podía cruzar tan fácilmente todo el cañón. Antes solíamos caminar a lo largo de todo el cañón y al final hay una cueva en donde solía haber murciélagos. Varios me preguntaron que si en alguna temporada se podía ver agua en el cañón. Les comenté que yo nunca la he visto con agua, pero recuerdo una historia que contaban en el pueblo sobre una familia que había sido arrollada por el agua, en temporada de lluvias. También la señora de la tiendita me comentó que las rocas que nos impidieron seguir avanzando por el cañón se movieron con las lluvias del 2021.
Yo dudé un poco de organizar esta salida porque me parecía muy corta y creo que en ocasiones dejamos de apreciar la belleza de los lugares cercanos o “cotidianos” (¡desafortunadamente!), así que fue agradable ver que otras personas lo pudieran disfrutar. También fue muy agradable ir platicando con miembros de otras secciones y algunos de la sección Querétaro que no conocía.
Saliendo de la Peña nos acercamos a la orilla del Río Tula, tomamos otras fotos, llegamos a los autos a las 18:30 horas aproximadamente y emprendimos el regreso a la Posada Campestre.
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